Las fiestas en Culiacán durante la década de 1980 fueron una mezcla de tradiciones locales y la incursión de nuevas influencias culturales, reflejando tanto el dinamismo social como los cambios que atravesaba la ciudad. En este período, la vida nocturna y las celebraciones se caracterizaron por su colorido y el carácter festivo que marcaba el ritmo de la comunidad.
Las fiestas populares, como las que se celebraban en honor a las festividades religiosas o los eventos culturales, eran comunes en la ciudad. Los bailes tradicionales con música de banda, norteña y ranchera predominaban, con los «grupos de música en vivo» como una atracción principal. Las grandes fiestas familiares también eran frecuentes, en las que se organizaban convivios y parrilladas, donde la música y el baile eran esenciales.
Sin embargo, la década de los 80 también trajo consigo la incursión de otros géneros musicales más modernos, influenciados por la música popular estadounidense y mexicana, como el rock y el pop. Surgieron clubes y bares donde los jóvenes culiacanenses comenzaron a experimentar con diferentes estilos musicales, bailando al ritmo de las canciones de moda, desde el rock en inglés, Rock en tu Idioma, La Música Pop y La música Disco hasta los hits de bandas mexicanas, Grupos extranjeros y Nacionales como los Hombres G o Caifanes, Cantantes como Madonna, Michael Jackson. Esto propició un contraste con las fiestas más tradicionales, creando una nueva escena social en la ciudad.
En resumen, las fiestas de Culiacán en los años 80 fueron una amalgama de tradiciones y modernidad, marcadas por un ambiente festivo que definió parte de la identidad de la ciudad en esa época.