“El campo grita”: productores advierten que el paro nacional podría escalar

En entrevista, el productor agrícola Martín Linn, quien forma parte del movimiento nacional por precios justos al maíz, afirmó que el sector vive un abandono total por parte del Gobierno Federal y que las manifestaciones actuales podrían extenderse a nivel internacional si no se atienden sus demandas.

Linn relató que las protestas, que ya cumplen cuatro noches consecutivas en las casetas de cobro de Sinaloa, han derivado en un paro total en puntos como la caseta del Pisal, donde agricultores impiden el tránsito hacia el norte y el sur del estado. Señaló que, aunque hay muestras de apoyo y de inconformidad por parte de transportistas, la mayoría de los productores están decididos a mantener su posición.

“Estamos sintiendo el abandono del Gobierno Federal”, expresó. “El secretario de Agricultura, Julio Berdegué, se ha puesto del lado de los industriales, cuando su función es apoyar al campo. Nos quieren pagar precios de miseria, y eso nos lleva a la quiebra”. El líder agrícola consideró que la asesora presidencial Altagracia Gómez —accionista de una empresa productora de harina— ha influido negativamente en las decisiones sobre política agroalimentaria, lo que ha generado una ola de inconformidad en todo el país.

El productor explicó que los agricultores rechazan la propuesta de pagar el maíz a 5,000 pesos por tonelada más un apoyo de 850 pesos federales y 150 estatales, al considerar que el precio justo es de 7,200 pesos, cifra que —asegura— ya fue pagada en años anteriores. “No pedimos más de lo que ya nos pagaron; el precio de 7,200 pesos no es injusto”, subrayó.

Linn reconoció el respaldo del Gobierno estatal, en particular del secretario de Agricultura de Sinaloa, Ismael Bello, quien ha brindado apoyo logístico con alimentos, agua y sueros para los manifestantes. Sin embargo, enfatizó que “la lucha ya dejó de ser sinaloense; ahora es una lucha del campo mexicano”. Adelantó que, si en las próximas 72 horas no hay respuesta del Gobierno Federal, el movimiento podría escalar con el cierre de puentes internacionales como los de Nogales, San Luis Río Colorado y Mexicali.

Entre los testimonios más conmovedores, el agricultor compartió que familias sinaloenses y personas ajenas al sector han acudido a las casetas para entregar alimentos, café y donaciones voluntarias. “Todavía hay gente noble que empatiza con la lucha del campo”, dijo emocionado. “El campo está gritando porque no quiere morir. Si los productores desaparecemos, México dependerá de otros países para comer, y eso ya no es solo una crisis del campo: es un tema de seguridad nacional”.