«El maíz podría quedarse sin quien lo cultive»: Martin Linn, agricultor

El productor agrícola Martín Linn, del campo Balbuena, advirtió que cientos de agricultores podrían dejar de sembrar en el próximo ciclo agrícola si el gobierno no establece un precio de garantía rentable para el maíz. Explicó que el costo de producción por tonelada ronda los 5,600 pesos, mientras que el precio estimado de venta para el próximo año es de 5,000 pesos, lo que representa una pérdida desde el inicio. Por ello, los productores exigen un precio mínimo de 7,200 pesos por tonelada, que permita cubrir gastos y obtener ganancias dignas.

Linn señaló que esta situación no es aislada, sino resultado de tres años consecutivos de pérdidas en el campo, lo que ha llevado a muchos agricultores al límite económico. En su caso, aseguró que no sembrará si no se fija un precio justo, pues “arriesgar lo poco que queda sería irse a la quiebra”. Añadió que lo mismo ocurre con otras familias del campo, quienes no pueden seguir sosteniendo deudas ni esperar apoyos atrasados de los años 2023, 2024 y 2025.

El agricultor explicó que dejar de sembrar no es una amenaza, sino una consecuencia inevitable de la falta de rentabilidad. Solo en su comunidad, calcula que al menos 500 hectáreas de maíz no serían sembradas, lo que equivale a más de 6,000 toneladas menos de producción. Recordó que Navolato cuenta con 220 ejidos, por lo que el impacto podría ser mucho mayor a nivel regional y nacional.

Además, Linn advirtió que sembrar fuera de tiempo tampoco es opción. El maíz debe sembrarse en noviembre para poder cosecharse antes de las lluvias de finales de junio. Si se retrasa a diciembre, las máquinas no pueden entrar a los campos por el lodo y el grano se echa a perder, tornándose negro y sin valor comercial. Tampoco es viable cambiar a frijol u otro cultivo, ya que la temporada ideal ya pasó o no existe comprador seguro.

Sobre el movimiento nacional de productores, dijo que los agricultores se están reagrupando para llevar la protesta a las fronteras de Sonora y Baja California, en coordinación con otros estados. Afirmó que no buscan confrontación política, sino ser escuchados. “Sembramos para alimentar al país; si el campo deja de producir, no hay maíz para México”, sostuvo.

Finalmente, señaló que la lucha continuará mientras no exista una mesa de diálogo real, pero si no hay respuesta, muchos agricultores dejarán de sembrar y cada quien decidirá su futuro. “No es rebeldía, es supervivencia”, expresó.