Tras el asesinato de las menores Alexa y Leidy en Badiraguato, presuntamente por fuego cruzado durante un enfrentamiento armado, el defensor de derechos humanos Óscar Loza Ochoa advirtió sobre la falta de garantías para evitar que hechos similares se repitan.
“Esto no tiene, al menos nosotros no vemos un horizonte cercano donde pueda terminar el problema violento”, expresó Loza Ochoa al referirse a la creciente preocupación social por los riesgos que enfrentan niñas, niños y adolescentes en contextos de violencia armada.
Rechazó que estos casos puedan clasificarse como “daños colaterales”, argumentando que ello no refleja la gravedad del problema. Asimismo, destacó la importancia de que la sociedad se movilice: “Así como se manifestaron los padres de familia y maestros de la escuela Sócrates, creo que todas las escuelas donde pase algún daño para los niños tienen que salir y reclamar que la autoridad actúe con mayor determinación”.
Respecto a los señalamientos contra elementos del Ejército Mexicano en el caso de las niñas fallecidas, Loza Ochoa informó que ya se presentó una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) para que se investigue a fondo el hecho. “Un familiar señaló que no hubo enfrentamiento, sino fuego directo hacia el vehículo en que viajaban”, puntualizó.
En relación con la documentación de víctimas en zonas afectadas por la violencia, como Choix, Concordia, Rosario y Escuinapa, el defensor reconoció que la cifra negra impide dimensionar con precisión la magnitud del fenómeno. “No se están llevando los registros mínimos. Es el renglón más difícil: homicidios, desplazamientos y desapariciones; lo más grave es que ni siquiera lo estamos registrando”, concluyó.